Wednesday, March 17, 2010

Better off alone – (El borrador I)

Me siento a escribir porque no tengo más que hacer, me pongo a escribir porque siento que al hacerlo vuelvo a vivir, me pongo a escribir porque así he de liberar esto que lleva mi mente, me pongo a escribir porque sé que seré leído y me pongo a escribir porque me es menester hacerlo.

Después de muchos meses sin acercarme a este lugar, lo hago ahora porque siento la necesidad de. Y porque siento que debo compartir lo que mi mente expresa en un sinfín de pensamientos.

Después de tantos momentos de pensamientos encontrados, después de tanto buscar y buscar, después de tanto mirar a todos lados, después de correr y correr sin llegar, después de intentar e intentar sin lograr me di cuenta en la soledad de mi mundo, que, la vida como la conocemos te lleva y te trae, te juega y juegas con ella. Te abraza y te golpea, te observa y te desprecia, se acuerda y se olvida.

Así la vida, como la conocemos me trae al momento aquel. Momento tenso y pacifico, momento triste y feliz, momento reflexivo y momento alocado. Aquel momento que aun anda por mi mente y me dice que las decisiones del corazón no son más que ilusiones un octubre por la noche fresca. Aquel momento que aun anda por mi mente y me dice que la razón, mi razón tiene un fin así como un teatro su función.

La pregunta siguió en su curso de tiempo y espacio y me insistía a ser respondida: ¿Qué es lo que sientes? La discusión se puso acalorada, se entro en debate, tratando de ambos lados definir la mejor posición y convencer al otro con fundamentos y eventos, con recuerdos y datos, con motivos y razones, con significados e interpretaciones; pero al final y como siempre la realidad, esa triste y certera realidad hizo presencia en la discusión para definir y argumentar donde se encontraba ella todo este tiempo y cuál era su función en la vida del ser.

La pregunta y la respuesta enmudecieron al escuchar a la realidad y la manera tan enérgica y desesperada por darse a entender. En medio de esta declaración, en medio de tanto clamor y de tanta muestra de pensamientos y sentimientos la realidad dijo: No es.

¿Qué se puede decir ahora? ¿Y qué se puede hacer ahora? No hay otro camino, no hay otro medio. La realidad que por mucho tiempo había estado ausente dijo que no y que había que avanzar y que había que dejar, que había que cambiar y que había que crecer, que había que contar y había que hablar. Y por sobre todo dijo que los caminos en esta vida no pueden estar cuestionados por el mortal ni tampoco ser cambiados por el mismo.

A veces duele, a veces no, a veces ríes a veces no, a veces sueñas, a veces no; a veces cantas a veces no; a veces corres y a veces solo caminas. En esta vida como la conocemos y entendemos es así.

No hay mucho que decir pero si mucho que contar, no hay mucho que contar pero si mucho que vivir. Eso es lo que me toca, lo que te toca, lo que nos toca: vivir.

Yo por y en mi parte busco aun pelea con la pregunta, la diferencia que esta vez la realidad esta de mi parte. No busco la respuesta pero busco la solución, la diferencia, busco a la vida misma. Una vida no en otro mundo como no lo conozco ni tampoco un mundo en cual me vea sino en un mundo donde solo pueda ver la realidad como la conozco y la entiendo. La realidad formada por los ingredientes de una vida que busca vida.

Escribo porque no tengo más que hacer, escribo porque siento que al hacerlo vuelvo a vivir, escribo porque así he de liberar esto que lleva mi mente, escribo porque sé que seré leído, escribo porque me es menester hacerlo. Y por sobre todo escribo porque es parte de mi realidad y de mi vida, como la conozco y la entiendo.