Saturday, March 8, 2008

El comment de recuerdos infinitos

Hace poco recibí un comentario de perfil que hizo que mi cabeza volviera a recordar cosas que hace mucho tiempo viví. En este breve articulo os quiero introducirlos a una parte de mi vida que la considero muy especial y sobretodo muy resaltante.
Era un día no tan normal mientras terminaba mi faena de colportaje y decidí con algo de monedas que tenia en el bolsillo iría algunos minutos a navegar en internet, después de revisar el correo, que por cierto no estaba tan lleno, se me fue avisado que había llegado un nuevo comentario de perfil a mi blog de Hi5. Entonces pude notar que venia de Julio; no era de esperarse que mi amigo de infancia escribiera un comment, pero la verdad es que no era cualquier tipo de comentario de perfil que uno puede escribir, sino que en este comentario había algo que hizo retroceder en el tiempo y recordar esa parte de mi vida, quizá una de las mas felices que tuve durante mi etapa adolescencia. Los recuerdos rondaban por mi cabeza como si fueran vivencias del día de ayer. Las cosas que estaban escritas en ese comment hicieron que recordara cada uno de esos momentos maravillosos que pase mientras estudiaba en el ICPNA. Muchos de mis amigos más allegados y también compañeros del colegio saben que yo siempre estime demasiado el estudiar en el ICPNA. Y es que cada segundo y minuto que pasaba en sus aulas, pasillos y zonas de relax era lo máximo para mí. Desde que ingrese para estudiar en el ICPNA siempre fue una felicidad. Julio en esa nota recordaba algunos de esos momentos felices que vivimos juntos mientras estudiamos en el mismo horario juntamente con Jorge y Margger.
Cada tarde cuando salíamos después de almorzar, y entrar por esos pasillos. Recuerdo a todas esas personas que entraban y salían, cada uno viviendo su propia vida y a la vez compartiéndola con otros, cada uno tenia su meta, su propósito de estudiar en el ICPNA. Esa "people" que de tanta algarabía se hacían amigos. Nunca había visto personas y amigos como los que conocí en La Molina y en Miraflores. Cada una de las personas que conocí, cada uno a su estilo, mis grandes amigos. No puedo olvidar cada una de las experiencias que pase con ellos. Y si amigos hay que hablar, pues ahí están Julio, Jorge y Margger; con los cuales pasamos diferentes cosas y a través del ICPNA se incrementó nuestras relaciones afectivas, nos conocimos mejor y sobre todo llegamos a conocer mejor a ese instituto que mas que transmitir enseñanza transmite vida. Una vida que no consigues en cualquier lugar que tiene nombre de instituto, sino solamente lo consigues en un lugar que tiene nombre de amistad. Gracias Julio por hacerme volver a vivir eso momentos dorados que son catalogados como los "años maravillosos" de mi adolescencia. Además se que sigues de pie en la lucha como un samurái unionista de nuestra clase y año. La amistad es así, lectores queridos, llega a incluso devolver a sus guerreros a la lucha, una lucha contra la enemistad, contra las huestes que no quieren que el amor reine en nuestras vidas, ese amor que solo procede del cielo. Ese amor que penetra hasta lo mas intimo de nuestro ser. Ese amor que genera aquel don inefable llamado AMISTAD.

El último samurái unionista

Después de haber vivido juntamente con vosotros unas cuantas aventuras de mi campaña de colportaje en el 2007-2008, ahora os quiero relatar brevemente a que se refiere el titulo
El hecho de esto es debido a que durante más de 10 años varios de mis compañeros, amigos de la infancia, con quienes comencé mis primeros grados escolares, fueron desapareciendo. Esto fue debido a muchas razones. Algunos de ellos como por ejemplo: Claudia Orihuela (en quinto de primaria), Giancarlo Herrera (en primero de secundaria), Omar Paredes (en sexto de primaria), Max Choque (en primero de secundaria), Claudia Casamayor (en tercero de secundaria). Antes de seguir explicándoos acerca de este tema quiero aclarar que hubieron otros también que se fueron pero no pertenecen a lo mas nato y antiguo de mi época. También quiero recalcar que algunos de los mencionados arriba volvieron al colegio y terminaron con nosotros. Ahora bien, los únicos que nos mantuvimos firmes hasta terminar la etapa escolar fuimos cuatro: Julio Rengifo, Silvia Tapia, Dan Poma y mi persona. De estos cuatro los únicos que continuamos en la línea unionista por el camino universitario fuimos: Julio y yo. Pues bien, hace algunos días mientras iba camino a mis labores de colportaje llamé a Julio para saber como le iba en Lima y si sabía algo de los demás compañeros. Nuestra conversación toco varios temas hasta que llegamos a un punto cuando me explico que a su padre lo estaban cambiando a Trujillo, al principio me pareció raro, pero mientras él me explicaba me di cuenta que no era una broma sino algo muy cierto. Aquella noticia me desconcertó mucho y lo único que atine a decir fue: “que te vaya bien”. Ese día al acabar mi labor comencé a revivir muchos momentos gratos que había vivido con mis amigos desde mis primeros años. Aquellos momentos que solo se vuelven a sentir con el corazón cuando uno los ha vivido plenamente y cuando los haz pasado con grandes personas como los son todos los mencionados arriba. A la misma vez que recordaba todo esto también me puse a analizar que soy el único que queda en la línea unionista, desde la escuelita inicial hasta el tercer año de universidad de mi año de comienzo. Es muy difícil pensar que me mantendré en esta línea aunque tampoco puedo asegurar me en uno de estos años me puedo ir a otra universidad. Lo único de lo que si estoy seguro es que mis amigos a pesar de haber seguido la línea completa de esta carrera unionista siempre de alguna forma están presentes y siempre se reúnen para realizar algunas actividades. Hasta los amigos que vinieron después son parte de nosotros como si ellos hubiesen estado desde siempre. Todos son grandes personas que a pesar de algunos defectos que puedan tener siempre saben valorar la amistad, ese don inefable que Dios da solo a aquellos que lo aprovecharan al máximo. Muchachos os quiero expresar mi más profundo afecto, aprecio y cariño para cada uno de ustedes, que fueron, son y serán gran parte de mi vida. Nunca se olviden de lo que realmente es la amistad y jamás se olviden del Dador de tan precioso don.

Sunday, January 20, 2008

Historia de corazón partido

Os quiero contar una experiencia vivida en mi largo trajín de día a día que llevo en esta aventura transformadora llamada colportaje. Era de mañana y solamente estábamos en marcha Tony y yo hacia el lugar establecido para trabajar. El sol irradiaba nuestra cara con fuerza abrasadora, pero nuestros corazones estaban dispuestos a llevar las publicaciones. Comenzamos esa mañana con el pie izquierdo ya que varios lugares comerciales de nuestra zona ya habían sido colportados por un par de señoritas que seguramente no saben hasta donde va su territorio. En fin, la cuestión es que problemas como estos no podían derrumbar nuestro empeño de seguir adelante. Comenzamos a colportar una avenida larguísima que no estaba pavimentada y que no tenía muchas casas. Después de tocar un par de casas llegue hasta un hogar que servía de una pequeña lechería. Allí me recibió un grupito de varios niñitos acompañados por su madre, una mujer de apariencia sencilla. Hice la presentación tradicional como cualquier mensajero de esperanza y comencé a hablarle del proyecto que teníamos acerca de mejorar las familias y su calidad de vida. Antes de que pudiera continuar la señora comenzó a hablarme de su vida. Ella se había casado con un hombre un poco menor que ella y que ahora sufría mucho ya que él solo trabaja para irse a tomar cerveza todo el día. Entre lágrimas aquella señora me contaba que ella sola saca adelante a sus hijos con algunos trabajitos que realiza como la venta de leche. Me contaba que había días en que ni siquiera tenía para comer con sus hijos. Su esposo los trataba literalmente de basuras y que nunca se preocupaba por la educación de sus hijos. Hasta ese momento ya se me había quitado las ganas de presentarle el material de ayuda, no podía, esta historia parecía ser igual a muchas otras pero a la vez diferente a las normales. Estaba estupefacto ante el relato de aquella madre que con todas sus fuerzas trataba de no llorar, sus hijos al verla en esa condición se retiraron a jugar y hacer otras cosas. Fue entonces que empecé a animarla y darle palabras de aliento, le mencione a Dios y le dije que no importara si nadie le tomaba en cuenta porque Dios si lo hace, además la felicite por ser una madre coraje, pues a pesar de todas las penurias que había pasado seguía adelante y no se daba por vencida por las adversidades dolorosas que pasaba. Al hablarle de Dios ella reconoció que Él nunca la había desamparado en los momentos más difíciles que había vivido. Siempre de alguna manera ella tenía algo para darles a sus hijos. Continué hablándole de Dios y de cómo Él podía hacer que su vida cambiara para mejor, que su esposo podía cambiar y que sus hijos se serían más felices. Hice una promesa con ella, los dos oraríamos todos los días por su familia, ella se comprometió para hacerlo y oramos ese instante para que ella se pudiera sentir mejor. Fue una de las mayores experiencias que pude haber vivido ese día.

¿Quién dijo que la navidad sólo trae alegría a los niños?

No se cuantos de vosotros gustáis el dar en vez de recibir en tiempos navideños. La verdad es que existen muy pocas personas que realizan algún tipo de actividad caritativa; por otro lado no pretendo minimizar el gran trabajo que ejecutan muchos a favor de los más desfavorecidos en la vida.
De cualquier modo, me es gustoso contad a continuación una pequeña experiencia vivida el domingo 23 del mes navideño. Como algunos de vosotros ya sabéis estoy durante estos días en una actividad de esfuerzo sobrehumano, es decir me es necesario una fuerza sobrenatural para trabajar (la explicación de esta fuerza en un próximo artículo). En fin, era muy de madrugada para levantarse, pero con todo tuvimos que hacerlo ya que los dos soles, uno natural y el otro sobrenatural ya estaban en el firmamento. Pues, entramos en el lapso de preparación y casi a las ocho horas de la mañana partimos con destino a nuestra charla, era sobreentendido que nuestro asistente iba a dictarla a todo un grupo de ancianos que se habían organizado para formar el “Club de la Amistad”, una organización encargada de velar por los os de la tercera edad, especialmente las damas. Recuerdo claramente que al llegar tuve que esperar en el parque central de Río Seco al asistente que se había demorado por causas desconocidas. Al llegar con el retraso poco común por su parte, nos dirigimos hacia el centro de reuniones. ¡Qué sorpresa la nuestra al encontrar tan grandioso ramillete de ancianitas prestas a que alguien las atienda y escuche! Muchas de ellas son abandonadas por sus familiares, otras son maltratadas por sus esposos, otras gustan de este tipo de clubes y otras pues simplemente vienen a hablar de temas diversos con sus amigas. Era una ocasión especial ya que ese mismo domingo iban a celebrar la navidad, nosotros no conocíamos de esto hasta el momento en que vimos a las abuelitas con sus vasitos para disfrutar de una rica chocolateada y de un pedazo de panetón. Fue entonces que el ocurrió el problema, eran las nueves horas y a la siguiente hora el asistente tenia que estar en otro lugar lejano para poder dar otra charla, ¿qué es lo que podíamos hacer? pues simplemente nada, por nuestras cabezas pasaba la idea postergar el evento o de pedir disculpas a la dirigencia por no poder realizar el evento e irnos sin que se dieran cuenta los concurrentes. Por mi parte fui a calmar mi sed con una coca cola personal, es bien extraño porque nunca pensé que una gaseosa personal pudiera calmar mi sed, pero se dio. Con la cabeza un poco más fría se tomo la decisión de encargarnos por nuestra cuenta de la charla. Walter que conocía un poco más sobre alimentación tomó el reto de ser el ponente esa mañana. Por mi parte me encargaría de la presentación, la actividad dinámica y el agradecimiento correspondiente. Quizá de aquí en adelante no os creo interesados en conocer los detalles de la charla pero fue una experiencia sobrecogedora el estar frente a ellos y explicarles como podrían mejorar su salud si ellos tomaban la decisión de hacerlo. Después de dar las recomendaciones pasamos a la parte mas especial del día, ya que compartimos con ellos la gran chocolateada que se había preparado, fueron bellos momentos en los cuales pasamos entre risas y alegrías, muchos de ellos quebraban nuestros corazones con sus palabras. Cabe resaltar que la presidenta era una abuelita de lo más gentil que a pesar que recientemente había sido operada, aquella ancianita nos enseño mientras repartía el chocolate caliente, que a pesar de lo que ocurra con el cuerpo uno sigue adelante, sobresale y demuestra valentía para los que no la tienen, ¡que liderazgo tan grande de aquella anciana! A la verdad que aquellos momentos vividos quedaran en el recuerdo de Walter, Tony y mío ya que después de despedirnos de cada uno de ellos salimos llenos de paz interior ya que aquellos ancianos a quienes la sociedad, las autoridades y hasta sus familiares desprecian nos enseñaron que en navidad no ríe solamente los niños sino también los que tienen el espíritu de uno de ellos.