Hace poco recibí un comentario de perfil que hizo que mi cabeza volviera a recordar cosas que hace mucho tiempo viví. En este breve articulo os quiero introducirlos a una parte de mi vida que la considero muy especial y sobretodo muy resaltante.
Era un día no tan normal mientras terminaba mi faena de colportaje y decidí con algo de monedas que tenia en el bolsillo iría algunos minutos a navegar en internet, después de revisar el correo, que por cierto no estaba tan lleno, se me fue avisado que había llegado un nuevo comentario de perfil a mi blog de Hi5. Entonces pude notar que venia de Julio; no era de esperarse que mi amigo de infancia escribiera un comment, pero la verdad es que no era cualquier tipo de comentario de perfil que uno puede escribir, sino que en este comentario había algo que hizo retroceder en el tiempo y recordar esa parte de mi vida, quizá una de las mas felices que tuve durante mi etapa adolescencia. Los recuerdos rondaban por mi cabeza como si fueran vivencias del día de ayer. Las cosas que estaban escritas en ese comment hicieron que recordara cada uno de esos momentos maravillosos que pase mientras estudiaba en el ICPNA. Muchos de mis amigos más allegados y también compañeros del colegio saben que yo siempre estime demasiado el estudiar en el ICPNA. Y es que cada segundo y minuto que pasaba en sus aulas, pasillos y zonas de relax era lo máximo para mí. Desde que ingrese para estudiar en el ICPNA siempre fue una felicidad. Julio en esa nota recordaba algunos de esos momentos felices que vivimos juntos mientras estudiamos en el mismo horario juntamente con Jorge y Margger.
Cada tarde cuando salíamos después de almorzar, y entrar por esos pasillos. Recuerdo a todas esas personas que entraban y salían, cada uno viviendo su propia vida y a la vez compartiéndola con otros, cada uno tenia su meta, su propósito de estudiar en el ICPNA. Esa "people" que de tanta algarabía se hacían amigos. Nunca había visto personas y amigos como los que conocí en La Molina y en Miraflores. Cada una de las personas que conocí, cada uno a su estilo, mis grandes amigos. No puedo olvidar cada una de las experiencias que pase con ellos. Y si amigos hay que hablar, pues ahí están Julio, Jorge y Margger; con los cuales pasamos diferentes cosas y a través del ICPNA se incrementó nuestras relaciones afectivas, nos conocimos mejor y sobre todo llegamos a conocer mejor a ese instituto que mas que transmitir enseñanza transmite vida. Una vida que no consigues en cualquier lugar que tiene nombre de instituto, sino solamente lo consigues en un lugar que tiene nombre de amistad. Gracias Julio por hacerme volver a vivir eso momentos dorados que son catalogados como los "años maravillosos" de mi adolescencia. Además se que sigues de pie en la lucha como un samurái unionista de nuestra clase y año. La amistad es así, lectores queridos, llega a incluso devolver a sus guerreros a la lucha, una lucha contra la enemistad, contra las huestes que no quieren que el amor reine en nuestras vidas, ese amor que solo procede del cielo. Ese amor que penetra hasta lo mas intimo de nuestro ser. Ese amor que genera aquel don inefable llamado AMISTAD.
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